Al hablar contemporáneamente del maíz, solemos tomarlo con una laxitud tal que, dejamos de lado toda la rica tradición que acarrea consigo. Este cereal, ha sido la piedra angular de gran parte de nuestros pueblos; pues, sobre él se construyeron civilizaciones. De hecho, se conserva en la tradición oral de la lengua “náhuatl” este antiguo himno al dios del maíz “Centéotl”:
…Ha nacido el dios del maíz
en Tamoanchan.
En el lugar en que hay flores
el dios “Flor”,
el dios del maíz ha nacido
en el lugar en que hay agua y humedad,
donde los hijos de los hombres son hechos,
en el precioso Michoacán…
El maíz tiene una incorporación múltiple en toda la mitología prehispánica, para los mayas quichés, que escribieron el Popol Vuh, los dioses creadores fueron probando con distintos materiales, pero recién pudieron dar origen a los hombres verdaderos cuando los fabricaron con semillas de maíz.
Los mexicas, por su parte, concibieron la creación en etapas sucesivas hasta llegar a la verdadera humanidad y su alimento perfecto: el maíz.
Ambas culturas manifestaban en sus mitos desprecio por aquellos pueblos que no fueran capaces de sembrar maíz. Chicomolotzin, o “7 mazorcas de maíz” era para los mexicas la Diosa de los Mantenimientos. El numeral 7 significaba semillas para el lenguaje esotérico de los brujos y el nombre esotérico del maíz era “7. Serpiente”. Tal vez porque esta Diosa también era llamada Chicomecóatl que significa justamente “7.Serpiente”.
Algo curioso era que los mexicas, tenían una deidad distinta para que representación del maíz:
- Centéotl (centli: maíz y téotl: dios) era el dios del maíz en general.
- Xilonen , concebida como una deidad joven, era la diosa de la mazorca tierna.
- Itlamatecuhtli , “la señora de la falda vieja”, era la diosa de la mazorca seca.
Fuente: Mitología
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